As time goes by, with all the external noise and the many distractions surrounding our lives, we forget how to truly connect with who we really are. We give so much energy, time, and space to moments, situations, circumstances, environments, and external people that, little by little, we start to disconnect from our essence and from our most authentic self. All those roles we try to fulfill, the masks we wear in order to avoid being who we truly are, make us stop shining in harmony and presence from the light within us.

It’s okay to feel completely lost, unbalanced, and out of center. Every time we truly recognize where we are and allow ourselves to feel every emotion, every feeling and sensation, that’s when we can really begin this process of recovery with the sole intention of returning to ourselves.

These periods of reflection, introspection, and connection with every part of our being—mind, body, and spirit—are the beginning of a process of self-recovery. The essence of who we are is the engine that gives our human experience a reason and a purpose, so that we don’t just exist or live on autopilot.

In this post, I want to share how my process of recovery and reconnection with myself has been in the past few months. For many years, I disconnected from myself, putting aside my dreams, goals, and objectives—fulfilling what others told me I should or had to do. This came from a lack of confidence, self-assurance, and self-esteem. Out of fear of truly being who I am, seeking external acceptance and approval. This led me to play all kinds of roles that gradually consumed me, deteriorated me, and disconnected me from my authenticity and inner self.

My body was giving me countless signals that the life I had been living and building for years no longer resonated with my essence, with my soul, my spirituality, and my higher self. And from deep within, I answered the call to make the changes that would bring me closer to, carry me toward, and align me with who I truly am—without masks, filters, or labels.

There have been many limiting beliefs, patterns, and stereotypes that have held me back from fully reaching my potential as the creator of my reality. They kept me in a low profile, boxed into the parameters established by society, the system, family beliefs, my circle of friends, work environments, and communities I’ve been part of, etc. But when I truly took the time to listen to myself, I had to make decisive choices that led to internal and external battles with everything I thought I was.

This recovery period has been filled with messages, guidance, and reflections about letting go—not because I want to run away or avoid reality, but because that reality no longer resonates with my being. And if you lose what inspires, motivates, and moves you, then you’ve lost yourself, and it becomes necessary to do whatever it takes to recover. And I was 100% determined that this was finally my time—to choose myself, to listen to myself, to hold myself, feel myself, and be ME again.

Thanks to this motivation, after two months of deep energetic realignment practices, mental and thought purification, and finally detoxifying my body, cells, and organism, I am finally back—feeling more connected with my being, mind, body, and spirit than ever before. This feeling of simply trusting and allowing myself to be guided by a higher force is the blessing and the reward for never giving up on myself and for remaining committed to my personal development, spiritual growth, and soul evolution in this human experience.

I finally feel in a place where I can share and support others on their journeys, using the tools and knowledge that have helped me on my own path—bringing blessings not only to my journey but also to the journeys of others who cross my path.

I’m grateful to all the souls who have supported, motivated, inspired, and accompanied me through this process of returning to myself. Now is the time to share with them and with many more—from the heart, with love, humility, and compassion.

With so much love, Gaby🪶🌈 💫

Recuperando la conexión con mi ser

Con el paso del tiempo, del ruido externo y de tantas distracciones que rodean nuestras vidas, olvidamos realmente conectar con quienes en verdad somos. Damos tanta energía, tiempo y espacio a momentos, situaciones, circunstancias, ambientes y personas externas que, poco a poco, nos vamos desconectando de nuestra esencia y de nuestro yo más auténtico. Todos esos roles que intentamos cumplir, esas máscaras que usamos para, de alguna forma, no atrevernos a ser quienes en verdad somos, y dejamos de brillar en armonía y presencia desde la luz de nuestro interior.

Está bien sentirse completamente perdido, desbalanceado y fuera de nuestro centro. Cada vez que reconocemos en verdad dónde estamos y podemos realmente permitirnos sentir cada emoción, cada sentimiento y sensación, es ahí cuando podemos realmente comenzar este proceso de recuperación con la única intención de volver a nosotros mismos.

Estos periodos de reflexión, introspección y conexión con cada parte de nuestro ser, de nuestra mente, cuerpo y espíritu, son el inicio de un periodo de recuperación del ser, quien es, en esencia, el motor que hace que toda nuestra experiencia humana tenga una razón y un motivo, y no solo existamos y vivamos en piloto automático.

En este post quiero compartir cómo ha sido mi proceso de recuperación y conexión con mi ser en los últimos meses. Por muchos años me desconecté de mí misma, dejando a un lado mis sueños, mis metas y objetivos. Cumpliendo lo que otros me decían que debía o tenía que hacer, esto por una falta de confianza, seguridad y autoestima en mí misma. Por el miedo a de verdad ser quien soy, por ser aceptada y tener la aprobación exterior. Esto me llevó a jugar todo tipo de roles que, poco a poco, me fueron consumiendo, deteriorando y desconectando de mi autenticidad y mi propio ser interior.

Mi cuerpo me estaba dando miles de señales de que esa vida que estaba viviendo y había construido por años ya no resonaba con mi esencia, con mi alma, espiritual y ser superior, y desde lo más profundo de mí, acepté el llamado para hacer esos cambios que me acercarían, llevarían y me alinearían con quien soy en verdad, sin máscaras, filtros y etiquetas.

Han sido muchas las creencias limitantes, patrones y estereotipos que me han impedido alcanzar al 100 % mi potencial como creadora de mi realidad y me han mantenido en un bajo perfil para encasillarme en los parámetros establecidos por la sociedad, el sistema, creencias en mi familia, círculo de amigos, en trabajos y en comunidades de las que he sido parte, etc. Pero cuando en verdad me tomé el tiempo de escucharme, tuve que tomar decisiones decisivas que generaron peleas y batallas internas y externas con todo eso que creía que era yo.

Este periodo de recuperación ha estado lleno de mensajes, guías y reflexiones de dejar todo atrás, no porque quiero huir o no enfrentarme a la realidad, sino porque esa realidad ya no vibra con mi ser. Y si pierdes eso que te impulsa, te motiva y te inspira, entonces te has perdido a ti misma, y es necesario hacer todo lo que sea necesario para recuperarte. Y yo estaba 100 % decidida que finalmente era mi tiempo para escogerme, para escucharme, para sostenerme, sentirme y volver a ser YO.

Gracias a esta motivación, luego de 2 meses de prácticas extensas de realineación energética, purificación de la mente y pensamientos y, por último, desintoxicación de mi cuerpo, celular y organismo, finalmente estoy de vuelta, sintiéndome tan conectada con mi ser, mente, cuerpo y espíritu como nunca antes. Esta sensación de solo confiar y dejarme ser guiada por una fuerza superior es la bendición y el regalo por nunca darme por vencida y seguir comprometida con mi desarrollo personal, mi crecimiento espiritual y mi evolución de alma en esta experiencia humana.

Finalmente me siento en un espacio donde puedo compartir y acompañar a otros en sus procesos, haciendo uso de las herramientas y conocimientos que me han servido a mí en mi propio camino, trayendo así muchas bendiciones a mi camino, al igual que al camino de otros seres que se crucen en el mío.

Agradezco a todas las almas que me han apoyado, motivado, inspirado y acompañado durante este proceso de recuperarme a mí misma. Es momento de compartir con ellos y con muchos más desde el corazón, el amor, la humildad y la compasión.

Con mucho amor Gaby🪶🌈 💫